Comunicación enfermera quirófano

Tipos de comunicación


La comunicación es una necesidad y un deseo innato en el ser humano. Es la necesidad de autoexpresión. Todos necesitamos relacionarnos, expresarnos y darnos a conocer y a la vez conocer a otros y ser conocidos por ellos. Es el establecimiento de contacto con alguien. Es dar o recibir una información. La comunicación es necesaria para el éxito en las relaciones interpersonales y sirve para aclarar las distintas actuaciones. La sinceridad y la empatía son sus componentes más importantes.

Comunicación verbal:
- Con el paciente.
- Con los compañeros.

Comunicación no verbal:
El lenguaje corporal es una forma de comunicación no verbal, incluye el contacto visual, la expresión facial, el tono y la inflexión de voz, los gestos, la postura y los movimientos del cuerpo; además, transmite sentimientos. Los hechos suelen hablar más que las palabras. Por ejemplo, cuando el paciente se siente triste, solo o aislado, el sentido del tacto es un medio eficaz de comunicar empatía. La comunicación es un aprendizaje y hay que trabajarla, podríamos decir que es un arte. Se requiere:
• Esfuerzo.
• Atención.
• Constancia.

Elementos necesarios para establecer una buena comunicación

• Saber escuchar.
• Saber respetar.
• Saber valorar.
• Saber aceptar.
• Saber acoger.
• Tener apertura.

También empatía y la retroalimentación o Feedback.

Empatía: Consiste en tratar de ver la realidad como si yo fuera la otra persona. Como si yo estuviera en su piel viviendo esa misma situación que está intentando comunicarme. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Es algo que se puede adquirir siempre y cuando queramos aspirar a ser buenos dialogadores. La retroalimentación o Feedback, suele darse espontáneamente en casi toda interacción. Permite al emisor saber como ha sido percibido su mensaje, de forma que sepa si ha sido entendido como se esperaba. La comunicación se ve facilitada por la escucha activa. En la escucha intervienen procesos fisiológicos, cognitivos y psicológicos.

Capacidad de escucha:
• Contacto visual: Mirar a los ojos del que habla.
• Atento: Preste atención al que le hable.
• Receptivo: Recibe el mensaje que transmite el que le hable sin prejuzgarlo (aquí intervienen nuestros valores, cultura, prejuicios...)
• Sensible: Responde positivamente al mensaje del que le habla.

Cuando nos comunicamos hay un pensamiento, un sentimiento, una acción y reacción. La comunicación parte de nuestra parte más arcaica, es decir, de las «entrañas» (explosión de sentimientos) pero a medida que se va aprendiendo interviene el corazón y la mente con el pensamiento y la utilización de la inteligencia, siendo ésta una forma de comunicación muy distinta y cercana al arte. El lugar elegido para la comunicación y la actitud de los involucrados influyen en el grado de eficacia de la misma: También influye el estado emocional, así una persona o paciente con estado de ansiedad puede no escuchar, mal interpretar lo que oye o sacar conclusiones erróneas. Deben evitarse las afirmaciones no demostradas. Especialmente importante en los registros de enfermería dónde deben narrarse los hechos objetivamente. Conviene saber lo que se va a decir y decirlo de forma adecuada, asegurándose que el receptor ha captado el mensaje por su respuesta verbal y no verbal. El emisor debe conocer el nivel o capacidad de comprensión del receptor y usar un lenguaje y canal apropiado para ese nivel (niños, ancianos, adultos, nivel cultural, estado emocional...) Valorando esto, quiero hacer un inciso, sobre palabras «tabú» que no son adecuadas en quirófano «no hay». Cuando se pide algo que en principio no se encuentre, hay que buscar insistentemente, pues puede estar mal colocado, que se haya usado o se encuentre en esterilización, en caso de no haber el material requerido, buscar alternativas y hacer uso de nuestras habilidades de la comunicación para explicarles el proceso de búsqueda, alternativa o no alternativa.

Barreras a la comunicación


• Verbales: Cambiar de tema. Actitud con prejuicios. Ofrecer respuestas inadecuadas. Sacar concluciones. Dar por supuesto hechos...
• No verbales: Desinterés, no mirar a la persona. Rechazo. Mostrar falta de confianza... El orgullo: Es un factor que dificulta la comunicación, así como el sentimiento de querer ser más que los otros.

También lo son las posiciones vitales inadecuadas y el establecimiento de juegos psicológicos (análisis transaccional) que cortan la comunicación. En la medida que creemos un buen ambiente de tranquilidad y facilitador, favorecemos que la intervención se desarrolle sin incidentes, con lo cual estamos cuidando del paciente, del equipo quirúrgico y sobre todo de nosotros mismos. Esto no significa que no seamos asertivos, es decir, pedir por aquello que necesitamos, decir y parar lo que no nos parece adecuado, valorando siempre la situación y el momento para establecer un diálogo. Es importante la autoobservación para poder valorar como nos comunicamos y actuamos.

Al igual que hacemos unas consideraciones con respecto al paciente quirúrgico, las hacemos también con el equipo quirúrgico, dado que su práctica se realiza bajo presión por las características del servicio, lo cual nos afecta desde nuestro aprendizaje hasta el continuo hacer profesional. En un aprendizaje existe necesariamente un periodo de transición desde el alumno dependiente al profesional independiente.

Como profesionales de enfermería que intentan adaptarse a las nuevas demandas, debemos recordar lo siguiente:

1) El aprendizaje nunca finaliza con la educación básica. Es un proceso continuo a lo largo de una carrera profesional para mejorar las habilidades, dominar nuevas tecnologías y adaptarse a nuevas metodologías de trabajo.
2) Todo el mundo ha sido alguna vez inexperto (aunque algunos pueden haber olvidado aquellos días). Todos han experimentado los sentimientos y frustraciones de ser el último miembro que se ha incorporado a un equipo. El enfermero/a experimentado debe tratar de recordar estos sentimientos y ofrecer aliento al personal nuevo.
3) La paciencia es un valor positivo mientras se desarrollan los hábitos de trabajo y se establecen las relaciones laborables. Las expectativas personales y de los demás deben ser realistas.
4) Aplicar los principios y las técnicas ya aprendidas, permitirá a los enfermeros/as realizar análisis certeros y tomar decisiones apropiadas en el quirófano.
5) Plantear preguntas y reconocer que no se sabe hacer algo es positivo. La búsqueda de ayuda favorece el enriquecimiento profesional.
6) Prevenir el «choque generacional», es decir, evitar malestares debido a la convivencia de diferentes generaciones trabajando juntas. Se trata de usar nuestra inteligencia emocional y asertividad, de modo que un hecho que, a priori, podría considerarse un elemento de discordia, se convierta en algo positivo y del que el conjunto del equipo quirúrgico salga beneficiado; consiguiendo así un enriquecimiento mutuo, de forma que los últimos allegados al Servicio con distintas formas de trabajo e iniciativas aprendan de los que llevan años trabajando y viceversa.

La necesidad de aceptación por parte de un grupo de trabajo o de un grupo social, es una necesidad universal. El personal de enfermería de quirófano es, de forma colectiva, un grupo social. El equipo de quirófano, incluyendo el cirujano y anestesiólogo, es un grupo de trabajo. Al entrar a formar parte de estos grupos, pueden producirse sentimientos ambivalentes. El placer de funcionar como un miembro del equipo puede ser contrarrestado por la incertidumbre sobre la propia capacidad para desempeñar un cometido. Los objetivos iniciales estarán orientados hacia la tarea-pericia, ya que se tratará de aprender las normativas, procedimientos y rutinas.

Finalmente la inseguridad se irá convirtiendo en autoconfianza. La exhibición de esta confianza, aumentará la confianza, el respeto y el reconocimiento de los demás, así como la satisfacción personal. La familiarización con los cirujanos, los anestesiólogos, los supervisores de enfermería, los compañeros y los subordinados permitirán al principiante aprender las normas de comportamiento esperadas, tanto del equipo como de sí mismo.

Aprender a adaptarse a las diversas tareas y a las demandas siempre cambiantes del ambiente de quirófano es difícil. Es de esperar una cierta ansiedad, sobre todo en situaciones en las que se genera sensación de inseguridad o el ambiente es intimidatorio. Conforme se adquiere pericia, se va adquiriendo también más confianza. Se debe buscar un sistema de apoyo, como el que le pueden proporcionar algunos miembros del personal que siempre están dispuestos a ello. Buscar miembros del personal que son respetados por su competencia clínica, únase a los «ganadores», esos miembros del personal que son valorados y están satisfechos por su esfuerzo en el trabajo. Evite a los «perdedores», miembros del personal con actitud negativa, que se quejan y no hacen ningún esfuerzo por resolver los problemas, sino que los crean. La crítica negativa nunca aporta soluciones.

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