Cirugía estética sin quirófano
Cirugía estética sin quirófano: Guapa lejos del quirófano
Con el paso del tiempo la radiación solar, la pérdida de elasticidad y el desgaste ocasionan que las líneas de expresión facial se acentúen convirtiéndose en arrugas, el rostro luce un aspecto cansado y le restan parte de su natural atractivo. Son muchos los métodos utilizados para resolver este problema estético que, eventualmente, nos afecta a todos. Uno de los más populares gracias a su carácter ambulatorio y sencilla aplicación es la toxina botulínica, o mejor conocida por su nombre abreviado: Botox.
Utilizado desde hace más de veinte años para tratar espasmos musculares, no fue hasta la década de los noventa que se descubrieron y aprovecharon las propiedades del botox en el área de eliminación de arrugas. Aplicado a través de inyecciones en las zonas afectadas, este compuesto bloquea la actividad de los músculos capaces de producir las líneas de expresión, manteniéndolos lo suficientemente activos como para no dar un aspecto estático al rostro.
Con un breve e indoloro procedimiento, el paciente no requiere reposo posterior a la aplicación y empieza a ver resultados unos tres días después de la misma, los cuales pueden durar de cuatro a seis meses. Establecer una fecha de inicio del tratamiento puede ser tan variable como tipos de piel hay, no obstante, se recomienda utilizar botox después de los treinta años, de acuerdo a las necesidades personales de cada paciente.
Aunque en algunos casos se utiliza como procedimiento preventivo, no es recomendable su aplicación en áreas carentes de arrugas, ya que su efecto de bloqueo de la actividad muscular puede causar que ésta se atrofie, quitándole volumen a la cara y generando un efecto de envejecimiento prematuro en la persona.
Generalmente, el paciente que no tiene arrugas no debería de recibir botox, a menos que este sea utilizado para corregir algún defecto específico como párpados caídos o sonrisas gingivales. Los efectos colaterales de esta técnica son muy raros. Pueden ser descritos como dolores de cabeza transitorios o sensaciones de ardor en el sitio de la inyección, sin embargo, estos problemas están asociados en su mayoría a la mala praxis médica, por lo que el paciente siempre deberá recurrir a un especialista.
Aunque el botox es una de las técnicas más utilizadas y recomendadas, el cuidado de la piel involucra mucho más que un único tratamiento. La buena alimentación, protección solar, hidratación y limpieza diaria del cutis, son tan sólo algunos de los hábitos necesarios para mantener la salud facial y prevenir problemas futuros.
Cirugía estética: Cirugía para rejuvenecer tu rostro
El rostro y el cuello son las partes del cuerpo en las que los primeros signos de envejecimiento se hacen más visibles y delatan nuestra edad. Por eso, el lifting es una de las intervenciones más popularizadas a nivel mundial.
El cutis es una membrana epidérmica muy delicada que está expuesta a continuas agresiones medioambientales como el sol, el frío o el viento. Además, la gesticulación y la edad van marcando las líneas de expresión hasta convertirlas en pronunciadas arrugas. Por eso, la cirugía plástica de rejuvenecimiento facial ha sido durante décadas una de las operaciones más demandadas entre hombre y mujeres de edad adulta. Estamos ante el único procedimiento estético que logra estirar por completo una cara arrugada y envejecida.
El objetivo del esta operación es planchar la piel del rostro, eliminar el exceso de grasa y tensar los músculos faciales. Actúa sobre la dermis del cuello, barbilla, mejillas, contorno de ojos y sobre el tejido muscular para obtener un resultado más duradero. Esta operación se realiza bajo anestesia general y suele durar varias horas. El cirujano realiza unas incisiones sobre la línea del pelo, en las sienes, detrás de los lóbulos de las orejas y en la zona baja del cuero cabelludo, para extraer la grasa sobrante del cuello y de la cara y, posteriormente, elevar y tensar la piel para estirar las arrugas más marcadas. Las cicatrices que causa esta intervención quirúrgica son leves y quedan escondidas en el cabello y tras los pliegues de las orejas. Estas marcas irán disminuyendo progresivamente y, pasados seis meses, apenas se apreciarán unas líneas blanquecinas.
Esta operación puede realizarse en toda la cara y cuello (lifting facial completo), o solamente en determinadas zonas del rostro, principalmente en la frente y el cuello (minilifting). En muchas ocasiones, esta intervención va acompañada de una blefaroplastia (eliminación de las bolsas de los ojos), porque se consiguen unos resultados sorprendentemente rejuvenecedores. La intervención de los párpados tiene como objetivo eliminar la mirada cansada y hacer desaparecer la piel flácida que rodea los ojos. Para ello, el cirujano plástico, a través de una pequeña incisión, elimina el exceso de piel, de músculo y de tejido graso subyacente de la zona superior e inferior del párpado.
Tras un lifting es necesaria una hospitalización de entre 24 y 48 horas aproximadamente. Durante el postoperatorio el paciente puede sufrir ciertas molestias provocadas por la sensación de hinchazón y la falta de movilidad facial. No obstante, este dolor es moderado e irá desapareciendo progresivamente, tras un periodo de adaptación. En dos semanas el paciente puede reincorporarse a su actividad diaria con normalidad y luciendo una nueva juventud, que deberá salvaguardar del sol durante varios meses.
Cirugía estética sin quirófano: La estética sin bisturí
La medicina estética nos brinda una amplia gama de procedimientos dermoestéticos que logran eliminar todo tipo de imperfecciones faciales y corporales sin tener que pasar por el quirófano. Ahora la cirugía estética se dirige hacia la creación de tratamientos más regulares y menos agresivos, porque se trata de mantener la juventud más que de recuperarla.
En la actualidad la mayoría de las personas empiezan a preocuparse por el envejecimiento a una edad más temprana. Esta situación ha fomentado la creación de tratamientos estéticos mínimamente invasivos que, de forma regular y combinada, retrasan el envejecimiento cutáneo sin que sea evidente la mano del cirujano y manteniendo la expresividad y la personalidad del paciente. Todo ello con una recuperación prácticamente inmediata y sin tener que asumir los riesgos propios del uso del bisturí.
Todas estas técnicas dermoestéticas son procedimientos terapéuticos que deben ser realizados por profesionales médicos especializados, en clínicas cualificadas y licenciadas para dicha actividad, y no en peluquerías o centros de belleza que no cumplen con las exigencias requeridas.
Peeling. Consiste en la aplicación de uno o más agentes exfoliantes o químicos que provocan la destrucción de una porción de la epidermis y la consecuente renovación del tejido. Se produce una descamación de la piel, y tras una semana de curación, surge una nueva superficie más lisa y desprovista de arrugas. La nueva epidermis es generalmente más suave, presenta menos acné e irregularidades y adquiere un aspecto más uniforme en cuanto a la pigmentación. Es un procedimiento indicado para cualquier región corporal: cara, cuello, escote, dorso, antebrazos, manos, etc. Existen tratamientos superficiales, destinados a las afecciones leves, y otros más profundos que suavizan las arrugas más marcadas.
Dermoabrasión. Proceso abrasivo que remueve la epidermis y la dermis superficial, logrando suavizar las irregularidades del contorno y las arrugas faciales. Es un procedimiento en el que se produce una fricción de la piel a través de un instrumento rotatorio abrasivo que elimina las capas superficiales, para estimular el nacimiento de una nueva piel. La dermoabrasión puede ser realizada sobre pequeñas zonas o en toda la cara, y es especialmente eficaz contra arrugas que rodean la boca, las manchas y las marcas cutáneas. En ocasiones, esta técnica se utiliza para complementar un peeling.
Rellenos faciales. Las infiltraciones de relleno son utilizadas para inflar las arrugas marcadas, los surcos, las cicatrices y los labios. Esta técnica logra allanar las arrugas y los pliegues profundos de la cara. Consiste en inyectar sustancias en las líneas de expresión para proporcionar un aspecto más joven. De todos los productos inyectables encaminados al rejuvenecimiento facial, los más recomendados por los cirujanos y dermatólogos son el colágeno (Zyderm o Zyplast), el ácido hialurónico (Hylaform), ácido poliláctico (Sculptra), el colágeno humano (Cosmoplast o Cosmoderm) y la grasa propia del paciente extraída mediante previa liposucción (lipofeeling).
Láser. Existen varios tipos de láser que logran mejorar todo tipo de imperfecciones: eliminan las rojeces, las arañas vasculares, las varices, las arrugas, el vello y las marcas producidas por el acné. Se puede utilizar en la cara, el cuello, el escote, las manos, etc. El dermatólogo analizará el problema vigente para escoger el láser que mejor se adapte a nuestras exigencias.
Toxina Botulínica. Consiste en la aplicación de la Toxina Botulínica Tipo A en los músculos de la cara para relajar los gestos y eliminar las líneas de expresión. Esta toxina actúa bloqueando las terminaciones nerviosas para evitar la contracción muscular y disminuir así las arrugas del rostro, el cuello o el escote. La sustancia actúa de forma inmediata y, tras 48 horas, las líneas de expresión han desaparecido. Su acción dura alrededor de 6 meses, porque tras este periodo de tiempo, se crean nuevas terminaciones nerviosas para restablecer el contacto con el músculo.
Hilos tensores. Lo llaman "el lifting sin cirugía", aunque los efectos no son tan evidentes. Se trata de la colocación de tensores dérmicos que permiten un rejuvenecimiento natural del rostro y el cuello. Es una técnica mínimamente invasiva, que sólo requiere incisiones de 1 ó 2 milímetros en zonas ocultas del cuero cabelludo, por lo que no deja cicatrices. No tiene contraindicaciones y la duración del efecto es aproximadamente de unos 5 o 6 años. El procedimiento no dura más de una hora y se realiza con anestesia local. El paciente se puede incorporar a la vida cotidiana de forma inmediata. En la actualidad también se está empleando para elevar los glúteos.
Ultrasonidos. Pueden aplicarse en el tratamiento de celulitis, adiposidades localizadas, edemas, trastornos circulatorios, varices, cicatrices, estrías, marcas producidas por el acné y manchas de pigmentación. Consiste en la aplicación de un micromasaje celular y molecular que tiene efectos terapéuticos. Al mejorar el metabolismo adiposo y la microcirculación, es especialmente eficaz contra la celulitis y la grasa localizada que no responde a dietas ni a ejercicio. Además, estimula el drenaje linfático y la permeabilidad de la piel, lo que la convierte en una técnica idónea para estimular la absorción de los productos cosméticos.
Mesoterapia. Consiste en la administración superficial, por vía intradérmica, de pequeñas cantidades de ciertos medicamentos que logran atenuar la celulitis, la adiposidad localizada y el envejecimiento facial. Las microinyecciones se realizan a muy poca profundidad y por toda la zona a tratar, mediante agujas muy cortas y finas. Para la celulitis y la adiposidad se utilizan fármacos que favorecen el drenaje linfático y circulatorio, fármacos lipolíticos y medicamentos que actúan sobre el tejido conjuntivo. Para el envejecimiento facial se administran sustancias que producen una estimulación de los tejidos, con el fin de que estos recuperen su función biología natural.
Carboxiterapia. Es una de las terapias más utilizadas para combatir la celulitis, el exceso de grasa, la flacidez y el envejecimiento corporal y facial. Se trata de inyectar, por vía subcutánea, dióxido de carbono (CO2) mediante una fina aguja esterilizada. Esta sustancia produce un efecto vasodilatador a nivel de la microcirculación de arteriolas y capilares, aumentando el movimiento de la sangre y la presión parcial de oxígeno en los tejidos cercanos, lo que produce una mejoría en el aspecto y funcionamiento de los diferentes tejidos. Este tratamiento se acompaña de un masaje manual que ayuda a distribuir la sustancia inyectada.
Cirugía estética sin quirófano: Radiofrecuencia para la celulitis y la flacidez
La radiofrecuencia aplicada a la estética es la innovación terapéutica más avanzada desde la aparición del láser. El tratamiento realizado con esta tecnología logra un rejuvenecimiento tanto facial como corporal, aunque es especialmente efectivo contra la celulitis y la flacidez cutánea.
El tratamiento estético realizado con radiofrecuencia, tanto en la cara, cuello y escote, como en el resto del cuerpo, logra una regeneración del colágeno gracias a la estimulación de las células fibroblásticas, que son las encargadas de fabricar esta sustancia. La energía que se aplica sobre la piel ocasiona un aumento de la temperatura de la dermis que provoca un acortamiento de las fibras y una remodelación lo tejidos.
Aunque es un sistema terapéutico conocido en cirugía desde hace años, son las investigaciones más recientes las que han conseguido desplazar su uso al campo de la estética, al crear una tecnología capaz de aplicar las radiaciones electromagnéticas en la dermis profunda y en las capas subdérmicas, permitiendo combatir la celulitis y la flacidez sin dañar los tejidos externos y favoreciendo el drenaje linfático y la circulación sanguínea.
La gran innovación de este procedimiento no abrasivo es que respeta la epidermis y no daña la capa externa de la piel, por lo que el enrojecimiento que ocasiona es mínimo y remite en pocas horas. La regeneración del colágeno profundo es gradual y origina la formación de fibras nuevas que sustituyen a las envejecidas y dotan de elasticidad a los tejidos cutáneos.
El número de sesiones necesarias es variable, pero los expertos recomiendan entre 5 y 10, dependiendo de la zona a tratar y del estado de cada paciente, así como de sus exigencias personales. Se trata de un procedimiento completamente ambulatorio que no requiere anestesia y no suele causar dolor, aunque en algunos casos muy particulares se puede sentir una pequeña molestia. Tras el tratamiento, el paciente puede incorporarse a su vida social y laboral de forma inmediata.
Al consistir en un proceso de regeneración lento, la mejora no se observa hasta pasados 3 ó 4 meses desde la aplicación del tratamiento. El resultado sobre la cara y el cuello es una piel más tensa y una evidente reducción de arrugas y flacidez, y sobre la celulitis se logra una total eliminación de la piel de naranja. Estos efectos suelen durar aproximadamente 2 años, por lo que los expertos recomiendan realizar sesiones de mantenimiento cada 1 ó 2 meses para conservar los resultados.
Cirugía estética sin quirófano: Blanqueamiento dental - diseña tu sonrisa perfecta
La estética dental moderna nos ofrece un sin fin de posibilidades para blanquear y esculpir la dentadura de un modo casi artesanal, con una serie de tratamientos de última generación que nos permiten mantener una sonrisa sana y bonita durante toda la vida.
Dientes amarillos, falta de piezas, formas irregulares, encías enrojecidas. son algunos de los problemas bucales más comunes que la estética dental puede corregir. Más allá de la conocida ortodoncia o del uso de fundas y láminas de porcelana, existen multitud de prácticas innovadoras para modelar y embellecer la dentadura.
Contorneado estético. Es una técnica dental que esculpe la línea de los dientes para que alcancen un aspecto más armonizado. Es un procedimiento muy eficaz en personas que presentan dientes en forma de sierra o superpuestos. Para conseguir igualar el borde de los dientes, se utiliza una fresa de grano fino, que va reduciendo las capas superficiales del esmalte de las piezas que sobresalen. Escultura dental. Es la práctica más innovadora y consiste en remodelar por completo la dentadura, de modo que permite arreglar los dientes alargados, separados, quebrados o grises. El dentista hará las funciones de un artista, esculpiendo los dientes deformados con un material muy adhesivo y moldeable que reconstruye los dientes. El único inconveniente es que este material no es eterno y hay que renovarlo cada seis años.
Peeling de encías. Es un tratamiento destinado a eliminar las rojeces y las manchas de las encías. Este procedimiento destruye la capa más superficial de la zona y, tras una escamación de la piel, nace una nueva encía libre de afecciones. Blanqueamiento de dientes. Es el procedimiento más demandado por su rapidez y efectividad. En unos minutos, esta técnica consigue eliminar las manchas causadas por el café y el tabaco. Al inicio del procedimiento se realiza una limpieza bucal para que actúe mejor el peróxido (blanqueador), que se aplica sobre el diente evitando el contacto con las encías. Muchos especialistas utilizan una luz intensa (láser) para activar el gel y mejorar el blanqueado dental. Implantología. La pérdida de piezas dentales, además de suponer un problema estético por sí solo, puede derivar en otros trastornos tales como deformación de la alineación de los dientes, infecciones y alteraciones estéticas, debido a que los músculos y tejidos de la cara se vuelven flácidos por la falta de soporte.
Ahora, la cirugía dental sustituye las piezas perdidas por prótesis de alta resistencia que se atornillan al hueso de por vida, así que ya podemos olvidarnos de las dentaduras postizas.
Cirugía estética sin quirófano: Depilación definitiva sin limitaciones
La depilación definitiva ha evolucionado y hoy en día existen diferentes tipos de láser que cubren las exigencias de todo tipo de pieles. Ya no hay excepciones: hoy todos podemos beneficiarnos de esta maravillosa técnica depilatoria.
En los años 90, cuando surgió la técnica de la depilación láser, solo se podía emplear en personas de tez blanca porque el láser actúa sobre la melanina, y aquellas que presentaban una pigmentación morena -es decir, una mayor concentración de melanina-, tenían más posibilidades de sufrir quemaduras y efectos secundarios. Pero hoy en día, la evolución tecnológica ha dado lugar a muchos tipos de láser, destinados a diferentes tipos de piel y de vello, que cubren todas las exigencias. Es el dermatólogo el que valorará las características de cada paciente y elegirá el láser más adecuado. Las personas con una elevada pigmentación (muy morenas o de raza negra) que antes no podían someterse a un tratamiento de depilación láser por el riesgo a quemaduras, hoy pueden acudir a la fotodepilación (Luz Pulsada Intensa) porque esta tecnología permite que la energía luminosa sea capturada por el pelo y no por los tejidos circundantes. Así, en febrero del 2000, la FDA (Agencia Estadounidense del Medicamento) aprobó la fotodepilación como una tecnología válida para el tratamiento de pacientes de raza negra. A pesar de ello, todavía hoy, la técnica de depilación definitiva ofrece mejores resultados en personas blancas que tienen el vello oscuro y grueso, porque este pelo trasporta mejor la energía lumínica y es más eficaz a la hora de convertir la luz en energía térmica, que es la que destruye el folículo piloso. En cambio, el pelo rubio, al poseer menos pigmentación, no tiene la misma efectividad para transformar la energía lumínica en calor y, además, el vello excesivamente fino no tiene suficiente capacidad para trasportar dicha energía al interior del folículo. Sin embargo, estas deficiencias se han ido superando gracias a que la fotodepilación permite adaptar la intensidad del láser a todo tipo de vellos y pieles. Es importante señalar que el láser solamente es capaz de eliminar el pelo que se encuentra en ese momento en fase de crecimiento, de ahí la necesidad de realizar varias sesiones para conseguir una depilación total. Los expertos recomiendan en torno a 8 sesiones, aunque dependerá de la zona a tratar y de la respuesta de cada persona al procedimiento. Cuando el área a tratar es de gran densidad folicular, el médico puede emplear un anestésico tópico para evitar el dolor que suele caracterizarse por la sensación de quemazón o pinchazos. Esta técnica de depilación está destinada a cualquier zona del cuerpo, exceptuando la parte interna de la ceja (por el riesgo a dañar el globo ocular). Existen ciertas zonas donde los resultados no son definitivos -como la cara-, pero en la mayoría de las partes del cuerpo, entre un 80% y un 90% del vello no vuelve a crecer jamás. Esto se debe a que algunos folículos pueden permanecer hasta seis años en reposo, por lo que se recomienda 1 ó 2 sesiones anuales de mantenimiento.
Cirugía estética sin quirófano: Fotorejuvenecimiento
Un solo tratamiento para todas tus imperfecciones. La Luz Pulsada Intensa (IPL) representa toda una revolución en el mundo de la medicina estética. Se acabaron los bisturís, las inyecciones, la anestesia o el dolor; ahora una simple luz puede eliminar todas tus imperfecciones.
La luz pulsada, también denominada fotorejuvenecimiento, es uno de los tratamientos dermoestéticos más revolucionarios y consiste en una potente luz que logra eliminar todo tipo de marcas cutáneas y problemas vasculares. Estamos ante un tratamiento no invasivo que se puede utilizar en todo el cuerpo para deshacernos de afecciones que otros procedimientos de estética no son capaces de eliminar. Sus efectos son especialmente impresionantes contra las arañas vasculares (venitas marcadas), y todo tipo de lesiones rojas que afean el rostro y el cuerpo. Además, esta práctica, que ha sido utilizada desde hace tiempo para eliminar el vello corporal, trata las líneas de expresión, las marcas de nacimiento, los problemas de pigmentación, mejora la piel dañada por el sol (pecas y arrugas) y aquellas que han sido maltratadas por el acné y que presentan unos poros grandes y profundos. Por si fuera poco, esta luz puede combatir el enrojecimiento emocional de la cara, lo cual es todo un hallazgo para aquellas personas vergonzosas que se ven delatadas por su rostro. Su efectividad contra las rojeces ha provocado que muchos dermatólogos utilicen esta técnica después de aplicar otros tratamientos como el peeling o la dermoabrasión, procedimientos que pueden dejar un color rosado temporal. A través de una luz pulsada directa sobre la zona elegida -previamente protegida por un gel frío que favorece la conducción del destello-, se genera un intenso calor que destruye las lesiones de la piel, las cuales se irán escamando y suavizando gradualmente hasta desaparecer. Además, estos pulsos de luz consiguen estimular el colágeno y el tejido conectivo, lo que se traduce en un aspecto más joven y luminoso. Este tratamiento se realiza de forma personalizada, porque cada paciente presenta unos problemas propios que el cirujano debe valorar, para programar la intensidad de los pulsos de luz basándose en las características y necesidades de cada persona. La técnica, que se realiza sin anestesia porque no causa dolor, requiere varias sesiones y cada una dura entre 20 minutos y 1 hora, dependiendo de la zona a tratar y del tipo de lesión. El paciente puede retomar su vida cotidiana unos minutos después de someterse a la IPL.
Cirugía estética sin quirófano: En búsca de la naturalidad
"Sobretodo, que se vea natural", es una de las frases más repetidas por los pacientes que acuden a nuestras consultas de cirugía plástica. Y es que la visión de la sociedad va cambiando hacia la búsqueda de la naturalidad en los tratamientos estéticos y de belleza. Ya no valen las exageraciones y sobredimensiones de pechos, labios y pómulos, ahora lo que desean nuestras pacientes es el equilibrio entre lo bello y lo armónico, sabiendo que se puede conseguir gracias a una intervención quirúrgica o a un tratamiento de medicina estética.
La cirugía estética va cambiando con el paso de los años, mejorando las técnicas, los productos utilizados y las habilidades de los cirujanos, que cada vez somos más exigentes con nuestros resultados, entendiendo que muchos de ellos dependen en gran parte de las circunstancias internas y externas que rodean al paciente.
Es indispensable una buena comunicación con nuestro paciente para entender qué es lo que quiere conseguir para poder cumplir sus pretensiones dentro de los límites que nos marcan los cánones de la belleza actual, que son variables según la época en que nos encontramos. Porque un pecho bonito es aquél que no se nota "operado", es aquél que tiene cierta caída natural, aquél que al palparlo lo notamos blandito, aquél que no parece una "bola"... Y lo podemos conseguir, estamos suficientemente capacitados para encontrar ese resultado natural. Tenemos prótesis mamarias de gran calidad, de gel cohesivo de silicona, con tacto suave, de diferentes perfiles, de diferentes tamaños y formas (redondas o anatómicas) y todo ello para mejorar el busto de la mujer. Y siempre hablamos de "mejorar" porque buscar la naturalidad nos impide cambiar a una persona, sólo queremos embellecerla, sacar de ella su parte bonita.
Hoy en día priman los tratamientos poco agresivos, con poco postoperatorio, que faciliten la rápida incorporación de la mujer y del hombre a su vida normal. La cirugía y medicina estética se van decantando hacia esta vertiente gracias a la mejoría técnica de los tratamientos y al buen cumplimiento de los postoperatorios. Con el aumento de mamas, en 2-3 semanas la paciente puede hacer una vida normal; con la revitalización facial avanzada (infiltraciones de diferentes productos para rejuvenecer la persona) la recuperación es inmediata; con la blefaroplastia, en 10 días su aspecto es muy bueno; con una liposucción media, en 2 semanas se puede reincorporar a la vida laboral; con la cirugía estética genital, en 3 semanas se pueden reiniciar las relaciones sexuales.
Y hablamos de la cirugía genital como esa parte de la cirugía plástica que aún forma parte de lo desconocido para la mayoría de la sociedad. La corrección de los labios menores, el alargamiento de pene, la liposucción de pubis... son términos que empiezan a ser nombrados en tertulias reducidas, todavía con cierto pudor, pero a sabiendas que son cirugías muy agradecidas, especialmente entre el colectivo femenino ya que una hipertrofia de labios menores provoca molestias durante el acto sexual, en el uso de ropa ajustada, en montar en bicicleta y gracias a una intervención sencilla (labioplastia) se solucionan totalmente.
Son numerosas las áreas donde la cirugía estética desarrolla su labor y son en esas áreas donde su principal función debe estar próxima a las personas, consiguiendo el objetivo de embellecer y mejorar sin escaparse de los dominios de la naturalidad; nuestro mayor reto.
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